En el
siglo XX, el estudio de la narración tuvo un auge notable a partir de los
formalistas rusos, que sentaron las bases para el análisis de la estructura
interna del relato y del cuento folclórico. Siguieron esta línea los teóricos
de la escuela francesa, que se inspiraron en la lingüística
estructural y en sus desarrollos posteriores. En sus análisis, la atención
estuvo centrada en las unidades constitutivas del relato y en sus formas: en
definitiva, en el texto mismo, considerado como un objeto autónomo.
Con el
término “narratología” es usual designar este conjunto de trabajos en los
cuales el foco es relato literario en su estructura interna, y su objeto,
proponer una teoría de la narración.
El
formalismo ruso
Las
concepciones que el lingüista Ginebrino Ferdinand de Saussure había
desarrollado, entre ellas la noción de la lengua como un sistema arbitrario de
signos, permitieron los planteos teóricos de estas dos escuelas que son
consideradas como las iniciadoras de la crítica y la teoría literarias contemporáneas.
El
estructuralismo francés
Los
trabajos de los formalistas dieron un enorme impulso al estructuralismo francés
cuyas principales voces en el campo de la teoría y la crítica literarias fueron
Ronald barthes, Gérard génette,A.J. greimas,Claude bremond y el mismo todorov.
En sus
estudios los estructuralistas retomaron algunas de las concepciones que
habían desarrollado los formalistas rusos, como la noción de la obra
literaria como un todo concluido y también las de función, de
sistema y de literaturidad. Del mismo modo que los formalistas rusos, los
estructuralistas realizaron un análisis inmanente, que buscaba el origen del
sentido dentro de las fronteras del propio texto. Pero la razón que quizás
explique mejor la natural confluencia y el estructuralismo francés es que ambos
responden a un paradigma común: la lingüística saussuriana.
El
desafío de Barthes
Barthes
sostiene que todos los relatos tienen común una estructura accesible al
análisis en la cual se puede percibir un sistema implícito de unidades y de
reglas, y propone buscar esa estructura a partir de un procedimiento deductivo,
como el de la lingüística, que permita construir un modelo hipotético de
descripción.
La
historia y el relato
Después
de plantear que el relato que toma como modelo a la frase debe avanzar hacia
una lingüística del discurso, Barthes desarrolla concepto de nivel de sentido.
De hecho, según lo señalará más adelante paul ricoeur, es característico de los
estructuralistas la tendencia a dividir el texto en estamentos, aunque éstos
oscilen entre una bipartición o tripartición del texto narrativo. El mismo
barthes , cuando propone sus niveles de descripción , los compara con los que
proponen todorov y brémond en la antología y admite la diversidad de
criterios . el modelo que será expuesto aquí es el de Tzvetan Todorov, que
responde a una distinción que ya realizaban los formalistas entre la
“fábula”(lo que efectivamente ocurrió ) y el tema (la forma en que el lector
toma conocimiento de ello).
FUNCIONES
Ronald
barthes propone un análisis de las acciones del relato en términos de
funciones; esta categoría, tomada de Vladimir Propp, quien como se dijo más
arriba entiende por ella “la acción de un personaje por significación en el
desarrollo de la trama “, es complejizada en la “introducción al análisis
estructural de los relatos “.
La
función es una unidad de contenido; es “lo que quiere decir un enunciado”, lo
que lo constituye en una unidad formal y no la forma en que está dicho. Por lo
tanto; las unidades narrativas serán sustancialmente independientes de
las unidades lingüísticas.